16/06/2025

Taiwan Today

Noticias de Taiwán

Reflexione la Juventud

26/06/1972
Bajo el título SURGIMIENTO Y REPRESION EN CHINA DE UN GRUPO JUVENIL QUE ENFRENTO A CHOU EN-LAI, el escritor Paolo Sforza Fulvi, de la agencia ANSA, fechó el 26 de mayo último en Hong Kong un informe que puede servir de materia de reflexión a los muchos jóvenes que todavía creen ver en el maoísmo una forma de "pureza ideológica" sobre la cual se podría fundamentar una "vida mejor para el pueblo". Dice así: "La China de Mao Tse-tung, baluarte del comunismo "puro", del comunismo sin compromisos "burgueses", fascina ideológicamente y continúa atrayendo a la juventud que en muchos países repudia en forma total las formas actuales de la sociedad occidental. A esas formas, que según ellos deben ser destruidas, oponen una especie de Ciudad de Dios sanagustiniana, el paraíso maoísta, una célula comunitaria basada en el autogobierno total y la negación de todo tipo de autoridad que no sea el consenso de la masa. Pero en la actual China comunista, esa Ciudad de Dios ¿existe verdaderamente? De acuerdo a una serie de documentos y testimonios fragmentarios pero valederos, llegados poco a poco desde el territorio del antiguo Celeste Imperio, se supo en Occidente que esa construcción utópica existió durante un cierto período en China; empero, las autoridades, detectando los implícitos peligros que encerraba para el sistema constituido, la abolieron con bastante rapidez. El 11 de octubre de 1967, en la provincia china de Hunan, se fundó un movimiento de izquierda denominado SHEN WU LIEN, abreviatura de tres palabras que significan "Alianza, Provincia y Proletariado". Sus miembros, casi todos jóvenes obreros y estudiantes, imprimieron a su acción política una dura crítica al carácter inquisitorial del régimen de Pekin y, en particular, del primer ministro Chou-En-lai. Dichos jóvenes sostenían que el régimen maoísta había experimentado un serio proceso de involución y degeneración, revelado en primer lugar, por la pesada burocracia del partido y del Estado; por otra parte, deploraban que las ideas originarias de la revolución no tuviesen ya "curso legal" en China y que los impulsos que surgían desde el llano quedasen las más veces estancados. Una vez cumplido el frío y despiadado análisis, los jóvenes rebeldes del Shen Wu Lien acordaron pasar de inmediato a los "remedios": en el caos provocado en ese entonces en toda China por la Revolución Cultural, constituyeron en la Provincia de Hunan algunas comunas populares que se autogobernaban a través de un régimen de asambleas, buscando llevar a la práctica "sus" propios principios revolucionarios. La utopía revolucionaria de los jóvenes de Hunan - que, en el ínterin, hallaron imitadores también en Shanghai y otras ciudades del país no duró mucho. En efecto, en enero de 1968, según informaron personas que en ese entonces vivían en la región, llegó expresamente enviado por Pekin, el general Yuan Li, comandante del 47º cuerpo de ejército. Sin vacilación alguna, Yuan Li declaró que la "contrarrevolución de Hunan sería aplastada rápidamente". Comenzó de inmediato una severa represión que llevó a la cárcel a gran número de "contrarrevolucionarios". Para eliminar los focos "izquierdizantes" rebeldes de Hunan y de otras provincias donde el fenómeno se había extendido, el régimen central se sirvió ampliamente del bien probado Hsia Fang, que en chino significa literalmente "mandar a la base" es decir, al campo. Aplicado contra los estudiantes de Hunan, el Hsia Fang dio, conforme a las fuentes oficiales, "resultados extraordinarios": expulsados de las escuelas de todos los grados y de las universidades y enviados a los centros rurales, cientos de miles de jóvenes contestatarios olvidaron, al parecer, bien pronto, sus utopías revolucionarias, y retomaron "el camino trazado por Mao". Su alma, según un diario de Cantón se tornó "más roja".

Popular

Más reciente